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domingo, 13 de abril de 2008

Ruptura.


Termina por aburrir el onanismo.
Termina por desquiciar lo glabro del silencio.
También es peligrosa la cercanía de unos con otros.
Te he despedido y me alejo.
Tal vez hacia las escombreras de la ciudad.
Tal vez te guardas una canastilla de razones.
También que te vas anegada de dolor.
Te has llevado todos los tequieros.
Trato de escarbar el rastro de tus pasos.
Tiembla el suelo bajo mis pies.


***


Precipitada contemplación de la agonía, me digo
y a la lágrima, vámonos ya de este sueño,
pero juntos y sin plazo.
No me atiende y desciendo
para alzar más tarde la vista, y clamo:
contémplame solo y desterrado,
otórgame de la palabra el mecanismo.
Se diluye el espacio impreciso,
lo que otros urdieron queda memorizado
y los voceros permanecen al acecho.

3 comentarios:

Nikté dijo...

Me ha dejado muy triste lo leído, pero es lo corriente, tan corriente que estas cosas ocurran que me alarma.

Un saludo, petardin

Malgastar esfuerzos dijo...

¿Petardín? ¿Pero qué confianzas son ésas? Pero es cierto. Se me ha quedado cara de sinapismo... De todos modos, gracias por el esfuerzo. Otra vez pondré algo más alegre.

Saludines.

Anónimo dijo...

A nadie le alarma lo del projimo, solo reconocer que se ha vivido lo mismo. Es precioso.